Convivencia

Que vergüenza. Es el primer artículo del año y simplemente estoy escribiendo lo que siento. Hoy fue un día fatal que no quisiera recordar.

Lo lindo, es que Julia está viviendo en mi depto por unos días, hasta que encuentre uno lindo, cerca del trabajo, por puerto madero. Me gusta vivir con ella, le ofrecí que se quede, si total no nos vemos nunca, cada una anda en lo suyo.
Quizás lo que más me gusta es que cuando me meto en la cama puedo abrazar a alguien sentir su calor, rozar la piel de ella, que es muy suave y delicada, usa muchísimas cremas más que yo. Y eso que yo soy de encremarme bastante.

Nos reímos al despertar porque más de una vez despertamos todas enredadas. Mis piernas acariciando su cintura, sus manos en mi espalda, el aliento tibio, cálido, la respiración, el temblor sereno de su corazón. Ayer, por ejemplo me quede observándola un rato largo porque estaba soñando y susurraba cosas sin sentido, su boca se movía como si estuviese hablándome entonces yo imaginaba que ella decía cosas cómicas y me reía. Cuando le conté me dijo que estaba loca, que no podía hacer eso, pero que igualmente me quería, porque era muy buena con ella y que el gesto que estaba haciéndole yo al abrirle la puerta de mi casa no se lo olvidaría jamas.

Los días tendrían que durar un poco más o al menos las mañanas ¿No lo creen?